Por más camino que recorro, no encuentro su final, las sombras de otros se reflejan en un interminable abismo de falsedad, ¿Con quién puedo contar?
Mi camino ha sido decidido, tal vez desde antes de mi concepción, pero no me detengo mucho a pensar sobre ello, ya que no distingo lo que tengo delante de mi, ni aquello que quedó detrás. La suave brisa empapa mi cabello, la siento recorrer por mi cuerpo, me recuerda que sigo vivo, pero Por cuánto tiempo?
Hay noches en que quiero que alguien me acompañe, que me sostenga en sus brazos y se aferre a mi como si no hubiera un mañana, mas luego recuerdo las noches en que acompañado estaba, lo solo que a la vez me encontraba.
Alguna vez encontraremos a alguien que nos acompañe en nuestro camino? No lo creo.
Por más dispuesta y sincera que sea una persona, nunca podrá penetrar hasta el fondo cualquier alma que sea ajena a la propia.
La única constante es la SOLEDAD. Siempre estamos solos, no hay nadie en el mundo que nos ayude con nuestra carga, a lo mucho, podemos compartir bellos momentos con alguna persona, pero nunca podremos escapar de nuestra propia prisión.
Estamos irremediablemente por nuestra cuenta, caminando perdidos por el sin rumbo de nuestra vida.
La luz plateada nos guia, nos lleva al valle anhelado, nos conduce como dulce madre por los albores de nuestros propios errores, mientras cada exhalación es un clavo más al ataud de nuestro futuro, el único futuro del que podemos estar seguros.
Dónde está tu familia, tus amigos, tus seres amados?
En el momento de la verdad, solo te encontraras a ti mismo batallando contra el reflejo de tu falacia.
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